El Planeta Tierra es el paraíso en versión terrenal. Sin embargo, el ser humano se ha encargado de destruir las cosas bellas que lo conforman a medida que van aumentando las necesidades en él como consecuencia de la vida social que lleva.
La contaminación ambiental es uno de los problemas que más afecta el cálido ambiente que debiera vivirse en su interior. Por ejemplo, la incorporación de desechos sólidos domésticos e industriales, productos químicos, basuras, gases tóxicos, exceso de fertilizantes, tala y quema de árboles, desagüe de aguas negras o contaminadas al mar y/o ríos y el monóxido de carbono arrojado por los vehículos, son factores culpables de tal daño porque perjudican el equilibro ambiental en nuestro hogar.
Como consecuencia sobresaliente, encontramos el debilitamiento de la capa de ozono, la cual nos protege de la radiación ultravioleta del Sol y ni qué decir del calentamiento global que nos acosa constantemente por el cambio producido en el factor climático: el calor es más intenso y los desbordamientos producidos por las lluvias, menos controlables.
Del mismo modo, vemos que los derrumbes son más frecuentes, sobre todo, cuando se inician las temporadas invernales en el país.
Y ¿qué hacer al respecto? En primer lugar, regular el servicio de agua, fluido eléctrico, uso de fertilizantes, pesticidas y aerosoles. Seguidamente, no quemar ni talar los bosques, ni botar basuras en lugares inapropiados. Por último, crear consciencia ciudadana.
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