Millones de gotas caían del cielo. Un clima frío y despampanante cubría los rincones de la Universidad de Ibagué, CORUNIVERSITARIA. Era 18 de octubre de 2007 y se celebraba el I Encuentro de Comunicación Social-Periodismo en la Ciudad Musical de Colombia.
Por suelos húmedos, producto de la fuerte lluvia del día, transitaban los futuros locutores, escritores, guionistas, críticos, presentadores, reporteros y demás personajes que pueden conformar el mundo de los medios y la información.
Después de varios cafés y algunas aromáticas agridulces, se dio inicio a la presentación cinematográfica hecha por los nuevos estudiantes de Comunicación social del departamento del Tolima.
Pasaban los minutos, y se aproximaba la tan anhelada hora de almorzar. Algunos, en el proceso de quienes vienen y van, consumían golosinas que, a precios elevados, se vendían en la cafetería de tan prestigiosa Universidad.
Pero de la nada, apareció un hombre. Con un traje, quizás muy sencillo para aquella ocasión, cubría su cuerpo; uno por el que los años hacía estragos y pasaba sin respeto.
Atónitos por su presencia, empezaron a aplaudir como por inercia los cientos de personajes que ocupaban en ese instantes, las sillas de aquel auditoria universitario.
Ese señor era el famosísimo Jesús Martín-Barbero. Aunque ese nombre era conocido para la gran mayoría de los asistentes, para quien escribe este texto, no mucho.
Para mi fortuna, la duda fue resuelta después de que el ilustre tomara asiento y posara para las múltiples fotografías que le tomaron. Un apuesto caballero de rasgos extranjeros, se adueñó del micrófono diciendo lo siguiente: El Doctor Jesús Martín-Barbero es de nacionalidad español-colombiano. Con estudios de doctorado de Filosofía de la Universidad de Lovaina y de Posdoctorado en Antropología y Semiótica en París.
Ha sido profesor visitante de la Cátedra UNESCO de Comunicación en las Universidades de Puerto Rico, Autónoma de Barcelona, Sao Paulo y en la Escuela Nacional de Antropología de México.
Fundó el Departamento de Comunicación de la Universidad del Valle, del que fue director. Ha sido presidente de ALAIC, miembro del Comité de Políticas Culturales de CLASCO y miembro del Comité Consultivo de FELAFACS. Asesor de las revistas Telos (Madrid), Sociedad (Buenos Aires), Estudios sobre Culturas Contemporáneas (Colima), Diá-logos de la Comunicación (Lima), Travesía (Londres) y Signo y Pensamiento (Bogotá).
Los aplausos no hicieron esperar… en unisonar, el auditorio hizo su halago a aquel maestro en la Comunicación. Luego de una conferencia de aproximadamente hora y media sobre Colombia y los Relatos de región, Relatos de país, se silenció el espacio en aquella Alma Mater.
Al medio día, todos se esfumaron como el calor de aquella mañana; esa que se había convertido en inolvidable para quienes profesaban “la religión de la comunicación”.
La tarde apremiaba. La lluvia no cesaba y el frío hacía de los estudiantes, pequeños refrigeradores ambulantes.
Las horas pasaban y consigo las presentaciones preparadas para tal encuentro: algunas buenas, otras excelentes y muchas en estado de reparación, desfilaron por entre los ojos del apremiante público.
Poco a poco, partían aquellas almas envueltas entre capas de piel. Los futuros profesionales tomaban transporte público, otros caminaban como atraídos por la luz de la luna y muchos se ubicaron en el bar mas cercano a la Universidad.
Sonrisas y más sonrisas se veían en las caritas de los transeúntes. La noche caía y consigo finalizaba el I Encuentro de Comunicación Social-Periodismo en la Ciudad Musical de Colombia; aquel en el que los futuros locutores, escritores, guionistas, críticos, presentadores, reporteros y demás personajes que pueden conformar el mundo de los medios y la información, habían dejado su huella.
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