El Diccionario de la Real Academia Española da muchos significados al referirse a la palabra ‘perro’, por ejemplo: “Mamífero doméstico de la familia de los Cánidos, de tamaño, forma y pelaje muy diversos, según las razas. Tiene olfato muy fino y es inteligente y muy leal al hombre”; “Persona despreciable”; “Mal o daño que se ocasiona a alguien al engañarle en un acuerdo o pacto”; “Hombre tenaz, firme y constante en alguna opinión o empresa”; etc.
Después de observar el largometraje titulado “Perro come Perro”, creado en 2008 por el director caleño Carlos Moreno, podemos afirmar que al momento de su elaboración se tuvieron en cuenta los conceptos anteriormente mencionados, ya que encontramos canes, hombres infames, traición y personajes que se apoderan de la palabra sin importar las consecuencias que con ellas ocasione.
Esta historia gira entorno de la venganza, la brujería, la ambición, el humor negro, la religión, la violencia y la apatía por la vida humana. Víctor Peñaranda (Marlon Moreno) y Eusebio Benítez (Óscar Borja) están sometidos a las ordenanzas de ‘El Orejón’ (Blas Jaramillo Q.E.P.D.), un poderoso que desea, por medio de la brujería, vengar la muerte de su ahijado William Medina y de paso, recuperar un montoncito de dólares que se le han perdido. Es en este momento en el que se desatan las peores acciones: matan sin parar a quienes tengan algo que ver con el tema, la motosierra y las balas son los juguetes preferidos para estos matones de ciudad, la amistad se transforma en traición cuando se trata de dinero y más si son billetes verdes, entre otros.
Lo más importante es que “Perro come Perro” no pretende entretener a su espectador; con sus escenas desea mostrarle al mundo la realidad que se vive en Colombia, especialmente la indolencia que poseen sus habitantes.
La película posee una estructura narrativa y rítmica. Además, es claro que desde el principio se vislumbra el final del film; pero es su estilo frío, insensible y sangriento lo que la hace admirable y coherente, ya que produce en el espectador una sensación de horror y desconcierto total por lo que está viendo.
Incluso, los bruscos movimientos de cámara, acompañados de largos planos fijos hacen de sus escenas algo interesante e impactante.
De la banda sonora se han encargado varias agrupaciones colombianas, entre ellas figuran Superlitio (creó la canción titulada con el nombre del film), La Mojarra Electrónica, Sultana, la Universidad del Pacífico, y otras.
Santiago de Cali fue el lugar escogido para la grabación de la película. Por esta razón, sus actores tuvieron que visitar las calles, los barrios populares, los bares, las plazas tradiciones y los lugares más peligrosos de la ciudad, todo con el fin de recrear la realidad social que vivimos.
Sin embargo, “Perro come Perro” está conformada por un ambiente muy universal ya que sus imágenes no retratan solamente a su ciudad de origen, sino que permiten ubicar al espectador en cualquier ciudad del mundo en la que se mate por saber o no, en la que la violencia brota como el agua de los tubos y en la que la ambición se convierte en el enemigo de la amistad.
Según información encontrada en Internet, la película costó un millón de dólares y el 90 por ciento de su financiación estuvo a cargo de la empresa privada de Cali.
Ahora, viene el interrogante final: ¿Quién será el más perro en la película? Por favor responderla después de verla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario